Del 3 al 5 de
octubre se celebra la tercera edición del curso de cine documental de BizBak Bilbao Arte eta
Kultura. Tiene lugar en el edificio de Bizbak, situado en Atxuri y cerca del
puente de San Antón. Las organizadoras: Vanesa Fernández y Miren Gabantxo,
ambas profesoras del departamento de comunicación en la facultad de Ciencias
Sociales y de la Comunicación de la UPV/EHU, confiesan hacer un “esfuerzo sobrehumano
para sacar el curso adelante” y llaman a los asistentes “privilegiados”, puesto
que asistir a un evento así a precio popular es una “oporunidad única”.
De izquierda a derecha: Andrés duque, Vanesa Fernández, Miren Gabantzo, Virginia García del Pino y Elías León Siminiani.
Terminada la presentación, da comienzo la conferencia de Andrés Duque, artista originario de Caracas y residente en Barcelona. Andrés Duque, principalmente conocido por su nominación al Goya en la categoría de Mejor Cortometraje con Ivan Z (2004), cuenta con un extenso catálogo de obras, las cuales pueden verse desde su página web.
Andrés
comienza hablando de la identidad del creador y de la capacidad de creación de
cada uno. Para ello cita en primer lugar a Jaques Derrida. “La escritura es
finita, se da un proceso de exclusión en todos los medios”, comenta. “Al
escribir seleccionamos lo que no queremos que entre” explica. Un relato tiene
limitaciones en tiempo y en espacio, es por ello que seleccionamos. “Si al
escribir algo excluimos algo del yo, estropeamos nuestra identidad”, aclara.
Andrés Duque
continúa citando a Gilles Deleuze, quien establece bloques de movimiento y
duración como límites de creación en cine. Además, Deleuze piensa que nuestras
obras también comunican el hecho de qué hacemos en nombre de la creación. Una
obra de cine comunica el por qué de hacer cine de sus creadores. Andrés alude a
Robert Bresson, ya que en su cine, “no encontramos espacios enteros, sino
fragmentos de duración y movimiento, sin conexiones predeterminadas. Se da más
importancia al detalle que al fondo”. Andrés destaca el hecho de que Bresson
fija toda la atención en las manos,
“Bresson necesita la mano, es la generadora de acciones”.
Maurice
Merlau-Ponty tarda poco en ser nombrado. Andrés explica: “El mundo de la
percepción es verdadero, el científico es incompleto. El arte, la filosofía y
la poesía nos muestran el mundo tal y como es, pero nosotros preferimos verlo a
través de conceptos científicos”, citando a Merlau-Ponty. “Existe una gran
diferencia entre cómo ven nuestros ojos el mundo y cómo lo procesa nuestra
mente”, concluye.
Andrés dedica
especial interés en hablar de la pantalla, “no hacemos cine para un público,
sino para una pantalla. La pantalla es el objeto esencial de nuestra
experiencia cinematográfica”, explica. “El lenguaje está en constante cambio,
los medios utilizados deben adaptarse a la forma de narrar” continúa. Andrés
hace especial hincapié en las emociones, “la fuente más humana de las
cualidades”, aclara.
“Hacer cine significa, en todas sus estancias:
informar, reflexionar, crear y seducir”, relata. Posteriormente, Duque trata el
límite entre el cine y el vídeo digital, y es que para él, las líneas cada vez
son más difusas. La única distinción que podemos sacar en claro es meramente técnica,
y para ello cita a Berys Gaut, “El cine digital es el medio de las imágenes en
movimiento generadas por bitmaps (mapas de bits)”. Por supuesto, Andrés también dedicó una
importante parte del tiempo a mostrarnos tanto sus trabajos como trabajos
ajenos. Entre ellos encontramos Ensayo
Final para Utopía y Color Perro Que
Huye.
En la segunda
jornada, Vanesa realiza una encantadora presentación de Virginia García del
Pino, directora de proyectos del Máster de Documental Creativo de la UAB y
directora de cine de no ficción. Virginia, conocida por el premiado documental Lo que tu dices que soy, ha trabajado
durante años en Barcelona y México y ha producido obras como Mi hermana y yo y Espacio Simétrico.
En su
conferencia, Virginia se centra en la figura del espectador, quien también
aporta su punto de vista durante la lectura de una obra. “Al hacer una
película, yo pienso en el espectador” comenta Virginia, “No en un espectador
cualquiera, sino en misma como espectadora”, aclara. Para demostrarlo, Virginia
expone un fragmento El idiota (Akira
Kurosawa, 1951) y busca las distintas reacciones de los asistentes en la sala.
Precisamente, en las reacciones se centra su trabajo de El jurado, en el cual Virginia entra en un juicio aleatorio para
grabar en primerísimo primer plano las reacciones de los asistentes al juzgado,
capturando una tensión incómoda, sucia e
imperfecta mediante los defectos técnicos de la tecnología digital.
En la jornada
práctica, Virginia expone un caso real de un hombre que vivió durante dos
décadas engañando a todo su entorno y, partiendo de dicho caso, los alumnos
elaboran el tema, el desarrollo y el estilo de cómo trasladarían esa historia
al relato cinematográfico. Los resultados son de lo más dispares, y la clase se
divide entre hacer una comedia con el sujeto “engañador” como protagonista, un
drama sobre la vida en la mentira, e incluso un biopic centrado en… la
periodista que sacó el caso a la luz.
También hay
espacio para las sorpresas, y Víctor Iriarte y Elías León Siminiani deciden
acercarse al lugar para hablarnos de sus trabajos y alguna que otra anécdota
personal. Víctor nos presenta su último largometraje: El invisible, y en un acto de generosidad se anima a mostrarnos el
inicio del mismo, en el que podemos oír sonidos de lo más dispares mientras
algunos mensajes de amenaza hacia el espectador se muestran en pantalla. Por su
parte, Elías nos muestra un ingenioso vídeo sobre la ruptura con su novia, su
serie de documentales sobre la cultura contemporánea en Nueva York, y su
reciente documental del viaje por India.
En definitiva,
la tercera edición de Territorios y fronteras: experiencias documentales
contemporáneas es un muy agradable y ameno recorrido por los trabajos de los
artistas presentes y sobre el cine de vanguardia actual, capaz de hacernos
ampliar nuestras miras sobre el audiovisual y centrar una pequeña parte de
nuestro interés en “ese otro cine”, que no es poco. Una pena que Isaki Lacuesta
no pudiera estar presente. A él, y a todos vosotros, os esperamos ver en las
próximas ediciones de este curso documental que, si sigue viniendo de la mano
de Vanesa Fernández y Miren Gabantxo, seguro que nos tiene muchas sorpresas
preparadas.
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