Pero más allá de todas las
complicaciones que puedan surgir por trabajar con material
defectuoso, hay otros inconvenientes generados por la propia
tecnología, aunque ésta esté en buen estado. Es el caso del
micrófono de cañón, que sin saber muy bien el motivo concreto,
grababa demasiado ruido de fondo y resultaba ser bastante menos
direccional de lo que nos habían prometido. Otra gran desventaja que
afecta notablemente a la captura de la imagen es la propia cámara
Panasonic P2HD. Modelo cuyo recurso del famoso enfoque/desenfoque
podemos afirmar que brilla por su ausencia, cosa que las réflex que
graban vídeo hacen bastante bien. Lo mismo sucede con la
sensibilidad del sensor a la luz, mientras que en una réflex podemos
modificar el ISO en la Panasonic esta opción no existe, de modo que
en cuanto la luz empieza a escasear el rodaje se hace muy complicado,
y más si hablamos de rodajes nocturnos con la luz de las farolas
como única fuente lumínica, en ese caso es mejor olvidarse y
cambiar la localización de la escena. La Panasonic tiene además
otro elemento cuya calidad es bastante penosa. Se trata de la
pantalla LCD. Se grabe lo que se grabe parecerá que se está
grabando mal, con un ruido tremendo y un grano asqueroso. Al pasarlo
al ordenador la diferencia es verdaderamente notable.
Otro elemento a tener en cuenta cuando
rodamos un cortometraje o cualquier otra cosa en localizaciones
exteriores es la climatología. En nuestro caso salimos bastante bien
airados puesto que, con la predicción del tiempo en la mano,
intentamos distribuir el rodaje en los días que daba buen tiempo. No
obstante hubo que improvisar bastante y adelantar en algunos casos
las grabaciones para aprovechar los días sin lluvia, lo cual llevó
a un cierto desorden a la hora de rodar, ya que no siempre estaban
planificadas las tomas que íbamos a grabar. La iluminación y por
consiguiente los raccords de luz juegan también un papel
importante a la hora de planificar un rodaje en exteriores. En
nuestro caso por problemas de disponibilidad de actores al llegar a
edición nos encontramos con el problema de tener que montar una
escena rodada a diferentes horas y por tanto, con planos con
iluminaciones diferentes. Esperemos que en postproducción podamos
paliar estos problemas.
Una vez en la sala de edición el mayor
problema que hemos tenido ha sido a la hora de transferir el contenido
grabado de las tarjetas P2 al ordenador. En concreto, al no tener un
disco duro formateado en el sistema de archivos correcto, el programa
disparaba un aviso de que los archivos mayores de 4GB (en nuestro
caso unos 8GB) podían dar problemas. El formato debía ser NTFS y
nosotros lo teníamos en FAT32.
Para concluir, nunca está de más
realizar un poco de autocrítica. Por ello queremos mencionar que
deberemos seguir trabajando en el aspecto del trabajo en equipo, lo
cual es vital para que el rodaje no se convierta en una odisea de
discusiones y enfados.
Pero el próximo proyecto será un nuevo reto
y cada uno de los miembros del grupo cambiaremos de rol, por lo que
deberemos afrontar e intentar solucionar nuevos problemas y
complicaciones.