El 13 de noviembre tuvimos una clase especial. Javier
Aguirre, quien cuenta con una extensa
carrera como director de fotografía (La Pelota vasca, Bi Anai) impartió un
seminario extraordinario sobre las técnicas básicas de iluminación. Comenzamos con las nociones teóricas elementales de la luz.
Javier explicó con detalle la temperatura de color, la intensidad y la calidad.
En cuanto a la temperatura de color, medida en grados
Kelvin, profundizó en la las características de los focos que los alumnos
tenemos disponibles y explicó su correcta utilización. Al ser unos focos de
temperatura cálida, en torno a los 3200K, es conveniente el uso de gelatinas de
distintas opacidades para conseguir una temperatura lo más neutra posible, que
sería en torno a los 5000K. Tienen una gran ventaja, y es que son unos focos
que no se degradan con el tiempo y no tienen a cambiar de temperatura de color
o a desviarla hacia los verdes o los magentas, algo que sí pasa con las luces
fluorescentes que no son específicas para el uso en estudio. De usar unas
fluorescentes de entorno a 8000Km deberemos usar gelatinas a la inversa, para
reducir la temperatura y cambiar ese tono azulado por uno neutro.
La intensidad o la cantidad de luz sirve para destacar los
elementos del encuadre. Un sujeto muy iluminado nos llamará más la atención que
otro que recibe muy poca cantidad de luz, es por ello que deberemos jugar con
los contrastes de los diferentes elementos dentro. En nuestras cámara de vídeo
podemos regular la cantidad de luz que entra mediante el diafragma, que
abriremos cuando nos encontremos en un entorno oscuro y cerraremos cuando nos
encontremos en uno muy luminoso. De esta manera, evitaremos que la información
que reciba la cámara este subexpuesta o sobreexpuesta, respectivamente.
La calidad de la luz es el tercer punto que Javier
trató. La luz dura es direccional y
potente, produce sombras muy marcadas que sirven para resaltar siluetas y crear
altos contrastes. Para suavizar las sombras e imperfecciones podemos rellenar
la imagen con luz suave empleando un foco a menor distancia del sujeto y con
una mayor superficie iluminante. Esto se consigue instalando un filtro difusor
en frente de un foco de luz o mediante el uso de reflectores con los que
iluminar al sujeto mediante luz rebotada.
Una vez repasadas las cualidades de la luz, era hora de
conocer las técnicas de iluminación. El triángulo es el esquema básico de
iluminación. A unos 50º del eje horizontal de la cámara y a unos +45º en el vertical,
instalaremos el foco principal, de luz dura. A 180º de este, una contraluz que
separe al sujeto del fondo. Y al otro lado del foco principal, un foco
secundario. De esta manera, tendremos una escena bien iluminada, con luz de
relleno y de volumen. A partir de aquí, podremos experimentar con la escena
añadiendo nuevas fuentes de luz de distintas cualidades para conseguir efectos
diversos.
Una vez terminada la teoría, pusimos lo aprendido en
práctica solucionando dos casos reales, uno en interiores y otro en exteriores.
En ellos, Javier nos enseño a utilizar y experimentar con el material que
disponemos para conseguir una iluminación óptima allá donde vayamos. Fue una
clase ejemplar en la que en Bay F aprendimos un montón y agradecemos tanto a
Aintzane como a Javier por hacerla posible.